Uno de cada tres uruguayos habilitados para votar en las elecciones internas no fue a votar, la concurrencia fue del 37,3 % del padrón electoral.
La senadora Topolansky del MPP (FA) dijo que es partidaria de eliminar las elecciones internas, porque responden a una necesidad de los partidos tradicionales. “Yo no apoyé esa reforma constitucional que impuso las internas y me confirma que la gente no está preparada para resolver las cuestiones internas de los partidos” Según la senadora, ahora la gente “no está preparada” para votar, y antes lo estaba?
En el otro extremo del mapa, el vicepresidente Danilo Astori de Asamblea Uruguay (FA), quiere que la concurrencia a las elecciones internas sea obligatoria. Seguramente tiene mucho miedo de que el negocio se le termine. Por poner un ejemplo: si mañana el Ente estatal UTE tiene miedo de que la gente instale su propio generador de energía fotovoltaica en su casa y perder dinero, luego va y le pide al gobierno que decrete una ley de obligatoriedad de comprarle la energía eléctrica al propio Ente. Algo de eso ya pasa en España.
ALARMA POLITIQUERA ANTE TAN BAJA CONCURRENCIA
Si esta elección interna fue la menos concurrida de la historia del Uruguay, y el añejo sistema político está preocupado, … ¡qué se podrá esperar para las próximas elecciones generales de octubre!
En todas las calles de las principales ciudades se vio a una militancia rentada repartiendo listas, salvo la de los partidos chicos. En los tres partidos tradicionales, el candidato que más invirtió en difusión y propaganda fue el que ganó la elección. Si tenemos en cuenta lo que se gastó en total entre todos los partidos políticos, la suma supera los 2.500.000 de dólares. Una buena suma de dinero para invertir en cosas más necesarias como viviendas o escuelas y no para engañar a la gente prometiendo castillos en las nubes.
ENTRE LA REALIDAD Y LA FANTASÍA
¿Hasta dónde es conveniente este gasto millonario y este despliegue de propuestas incumplibles, cuando un país pequeño y no tan rico como el nuestro necesita ese dinero y ese esfuerzo para realizar obras realmente necesarias?
Es un gasto inútil e inmoral en estas circunstancias, pues los candidatos ya están digitados de antemano. Para que se entienda mejor: los actuales partidos políticos no eligen a sus candidatos desde abajo, desde las bases, si no que los eligen desde las cúpulas partidarias todo poderosas e “iluminadas”. La cúpula o élite partidaria “propone” y el votante “dispone”, y en esta ocasión el votante prefirió continuar con su vida normal o dedicar el domingo a cosas más útiles como pasear al perro.
ASUMIMOS LAS CRÍTICAS
Nos han llegado críticas de particulares, quizás molestos, porque el Partido Verde no participó de esta farsa, y lo hemos hecho por algunas razones entendiendo que es la posición estratégica mayoritaria entre nuestros simpatizantes y militantes.
1 – No participamos para incidir en la correlación de fuerzas internas de otros partidos, como lo hicieron otros grupos políticos en una actitud sumamente lamentable y tramposa.
2 – El Partido Verde no participa formalmente de la contienda electoral y no se ve comprometido a apoyar a ningún candidato de otra fuerza, si no existe un previo Acuerdo Programático, y hasta el momento no lo hay. Eso no quiere decir que dicho acuerdo no pueda surgir en el futuro.
3 – Creemos que la lucha por la ecología y la defensa del medio ambiente no empieza y termina en una contienda electoral. La política es una herramienta de transformación (para bien o para mal) pero no es la única herramienta válida; existe la lucha de las organizaciones civiles organizadas y otras formas de lucha, como es luchar por nuestras ideas a través de los medios de difusión.
La democracia se ejerce todos los días y no una vez cada cinco, de forma tal que seguiremos participando en los barrios, organizaciones sociales y gremiales hasta que nuestros militantes lo dispongan. Esto para nosotros recién empieza (recién cumplimos un año), para otros que ya tienen varios años de existencia, se da la génesis propia de la vida: unos nacen lentamente, mientras otros mueren de la misma forma.
El futuro es nuestro. Venceremos.
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