A partir de cuatro temáticas -modelo de producción, reproducción y consumo; Estado y Poder; integración y soberanía; culturas e ideologías-, los debates en grupos mostraron las visiones compartidas entre los más de 150 participantes de 22 países, sobre las necesidades de los pueblos y las alternativas que pudieran emerger desde una propuesta integracionista de movimientos de amplia base social.
De esa manera, para consolidar los procesos que se están dando en varios países se apuntó la importancia de seguir construyendo poder popular, hacer luchas integrales donde lo social y político se complementen, y desarrollar acciones conjuntas con el Estado y partidos para radicalizar caminos de cambio. También se habló de continuar la presión popular frente a determinados gobiernos. Con respecto a los Estados-naciones sometidos al imperialismo surgieron dos visiones, no necesariamente contrapuestas en todos los casos: continuar la confrontación y poner en el centro la lucha por el gobierno y el poder como forma de romper con la dominación.
En el trabajo grupal, se reiteraron ejes concretos para la integración popular, entre ellos, la comunicación alternativa, la formación política y la solidaridad. En ese sentido, hubo propuestas como las brigadas internacionalistas y las campañas que desde las distintas plataformas se articulan en apoyo a la Revolución Bolivariana, el proceso de paz en Colombia, la respuesta popular en Honduras tras el golpe de Estado, la soberanía de Haití, la lucha por las Malvinas en Argentina, contra el bloqueo y por la liberación de los Cinco cubanos prisioneros en Estados Unidos y otras luchas de significación continental.
Los movimientos situaron al ALBA como un proyecto estratégico de unidad, del cual toman los principios de solidaridad, complementariedad, cooperación, soberanía alimentaria, energética y tecnológica. Otros sentidos que emergieron con fuerza para construir la Articulación fueron la despatriarcalización y el reconocimiento de la equidad entre hombres y mujeres, así como la lucha feminista por la valorización del trabajo doméstico, la educación popular y la socialización de saberes de nuestros pueblos, la defensa de la memoria y de la identidad cultural de la región, así como la convivencia armónica con la naturaleza.
Al comentar estas intervenciones, el sociólogo Francois Houtart y el analista paraguayo Gustavo Codas, coincidieron en las posibilidades para la unidad que tienen hoy las luchas sociales. Aunque no se omitió la complejidad de la coyuntura y la existencia de otros procesos llamados integracionistas, como es el caso del Arco del Pacífico, que aúna a Chile, Perú, Colombia y México, “un potencial opuesto a lo que hablamos aquí”, enfatizó Codas.
Para Houtart, las propuestas de los movimientos sociales dan cuenta de la intención de actuar en medio de las grandes contradicciones de este siglo, y representan un paso más en la conformación de ese modelo de Buen vivir frente a mercantilización de la vida.
Declaración de la I Asamblea Continental de los Movimientos Sociales hacia el ALBA
Del 16 al 20 de mayo, en la Escuela Nacional Florestan Fernandes, municipio de Guararema, estado de São Paulo, Brasil; nos hemos encontrado más de 200 delegadas y delegados de movimientos de mujeres, campesinos, urbanos, indígenas, estudiantes, jóvenes, sindicatos y organizaciones agroecológicas de 22 países, para constituir la I Asamblea Continental de los Movimientos Sociales hacia el ALBA.
Hemos llegado aquí como parte de un proceso histórico que nos ha hecho encontrarnos en foros, campañas, redes internacionales, instancias sectoriales y diversas luchas dentro de cada uno de nuestros países, ondeando las mismas banderas de lucha y los mismos sueños por una verdadera transformación social.
Vivimos una nueva época en Nuestra América que se ha expresado en los últimos años a través de diversas movilizaciones y rebeliones populares, la búsqueda por la superación del neoliberalismo y la construcción de una sociedad alternativa que sea justa e inclusiva, porque ya es posible y necesaria.
La derrota del ALCA en 2005, evidenció la resistencia de los movimientos sociales y una nueva configuración geopolítica continental, caracterizada por el surgimiento de gobiernos populares que se atreven a enfrentar al imperio. La apuesta máxima en este sentido, lanzada en 2004 por Fidel Castro y Hugo Chávez, es lo que hoy se llama Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
ALBA es un proyecto esencialmente político, antineoliberal y antiimperialista, fundamentado en los principios de la cooperación, la complementariedad y la solidaridad, que busca acumular fuerzas populares e institucionales por una nueva gesta de independencia latinoamericana, de los pueblos y para los pueblos, por una integración popular, por la vida, por la justicia, por la paz, por la soberanía, por la identidad, por la igualdad, por la liberación de América Latina, por una auténtica emancipación que tenga su horizonte en el socialismo indo-afro-americano.
Sin embargo, el Imperio sigue movilizándose en contra de la reorganización de las fuerzas populares y el surgimiento de nuevos proyectos autónomos de integración de la Patria Grande. Luego de las primeras rebeliones antineoliberales, EEUU ha comenzado a reorientar su política exterior con el fin de recuperar su hegemonía sobre el proceso continental en varias dimensiones: económica, militar, normativa, cultural, mediática, política y territorial.
El estallido de la crisis capitalista en el seno de Wall Street en 2008, reforzó estos planes. Desde ese momento visibilizamos una contraofensiva imperialista aún mayor en el continente que se expresa en el aumento de la presencia transnacional en los territorios, el saqueo de nuestros bienes naturales y la privatización de los derechos sociales; la militarización del continente, la criminalización y represión de la protesta popular; la intervención estadounidense en los golpes de Estado en Honduras y Paraguay; la permanente desestabilización de gobiernos progresistas latinoamericanos; el intento de recuperar influencia política y económica a través de iniciativas como la Alianza del Pacífico y otros acuerdos internacionales.
En este contexto marcado por la avanzada imperialista, por una parte, pero también por la apertura de nuevas posibilidades con el horizonte que nos marca el proyecto lanzado por los gobiernos del ALBA, se hace más necesario que nunca la Articulación de los Movimientos Sociales del continente. Tenemos que asumir el desafío histórico de articular las resistencias y pasar a la ofensiva con un pensamiento original y nuevas propuestas de modelos civilizatorios, que recuperen las mejores tradiciones de nuestros pueblos.
Ratificamos los principios, lineamientos y objetivos de nuestra primera carta de los Movimientos Sociales de las Américas de construir la integración continental de los movimientos sociales desde abajo y a la izquierda, impulsando el ALBA y la solidaridad de los pueblos, frente al proyecto del imperialismo.
Afirmamos nuestro compromiso de aportar al proyecto de integración latinoamericano, seguir las batallas anticoloniales, anticapitalistas, antiimperialistas y antipatriarcales, bajo los principios de solidaridad permanente y activa entre los pueblos, a través de acciones concretas contra todas las formas de poder que oprimen y dominan.
Reafirmamos nuestra apuesta por lograr la autodeterminación de los pueblos, la soberanía popular en todos los órdenes: lo territorial, alimentario, energético, económico, político, cultural y social.
Defenderemos la soberanía de los pueblos a decidir sobre sus territorios, los bienes naturales y nos comprometemos a defender los derechos de la Madre Tierra.
Los movimientos sociales de nuestra América llamamos a:
Promover la unidad e integración regional basada en un modelo de vida alternativo, sostenible, sustentable y solidario, donde los modos de producción y reproducción estén al servicio de los pueblos.
Relanzar la lucha de masas y la lucha de clases, a nivel nacional, regional y continental, que nos permita poner freno y desmantelar programas y proyectos del capitalismo neoliberal.
Tejer redes y coordinaciones efectivas de comunicación popular, que nos permitan dar la batalla de ideas, y frenar la manipulación de la información por las corporaciones de los medios de comunicación.
Profundizar nuestros procesos de formación política e ideológica para fortalecer a nuestras organizaciones, así como avanzar en procesos de unidad conscientes y consecuentes con las transformaciones necesarias.
Asimismo,
-Manifestamos nuestro apoyo y solidaridad al pueblo de Colombia ante este momento crucial del proceso de diálogo y negociación para alcanzar la firma de acuerdo de paz con justicia social, que verdaderamente resuelvan las causas que dieron origen al conflicto armado. Estaremos atentos al desarrollo de este proceso, dispuestos a colaborar y acompañar en la manera que el pueblo colombiano lo necesite.
-Manifestamos nuestro apoyo al Gobierno Bolivariano de Venezuela encabezado por el Compañero Presidente Nicolás Maduro, expresión inequívoca de la voluntad popular del pueblo venezolano reflejada en las urnas el pasado 14 de abril, ante los intentos continuos de desestabilización por parte de la derecha que busca desconocer la decisión soberana del pueblo y conducir el país hacia una crisis política, institucional y económica.
Esta Articulación Continental de los Movimientos Sociales hacia el ALBA es parte de un proceso emancipador que desde la Revolución Haitiana hasta nuestros días, busca construir una sociedad más justa y profundamente humana. Nuestro compromiso es continuar el legado de millones de revolucionarias y revolucionarios como Bolívar, San Martín, Dolores Cacuango, Toussaint L'Overture, José María Morelos, Francisco Morazán, Bartolina Sisa y tantos otros que de manera solidaria y desprendida entregaron sus vidas por estos ideales.
Reafirmando nuestra historia, nuestra Asamblea lleva el nombre de uno de ellos, el de nuestro Comandante Hugo Chávez, a quién honramos retomando sus banderas de lucha por la unidad y la hermandad entre todos los pueblos de esta Patria grande, libre y soberana.
“’La unidad e integración de Nuestra América está en nuestro horizonte y es nuestro camino!”.
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