miércoles, 16 de febrero de 2011

EL URUGUAY NATURAL

¿Es razonable preocuparse únicamente por la salud de una ballena, cuando hay miles de uruguayos viviendo por debajo del nivel de pobreza?

Por supuesto que a todos nos preocupa la ecología, pero también nos preocupa la situación en que se encuentran miles de jóvenes uruguayos que hurgan diariamente en la basura. 

La Ecología Política va más allá de toda preocupación ambiental y se interna en las causas y el análisis del problema. La Ecología Política no se conforma con el análisis superficial de las consecuencias.

Cuando aparece una mortandad de peces en un río, es la consecuencia de acciones criminales de empresas que vierten sus desechos químicos en el mismo.

Cuando están en riesgo de extinción algunas especies de plantas y animales, es debido a determinadas causas (especulación inmobiliaria, erosión del suelo, contaminación, etc.)

Decimos que todo pasa por decisiones políticas, y en tal sentido hay que actuar.

Sabemos que gracias a las políticas gubernamentales de incentivar la llegada de capitales extranjeros (los capitales excedentes del Primer Mundo), el desempleo cayó a niveles históricos.

La política de “puertas abiertas” al capital multinacional ha creado puestos de trabajo antes inexistentes, pero también está dejando a nuestro territorio en ruinas. Un precio demasiado alto a pagar; pues la bonanza pasa, pero el daño permanece.

La degradación de los suelos por los monocultivos de soja transgénica y eucaliptos será imposible de revertir.

La directora general de Recursos Naturales Renovables del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) Ing. Mariana Hill, reconoció que la erosión "es sin dudas uno de los temas que más preocupa al MGAP, y hoy es el problema ambiental el que nosotros vemos como más grave. Hay otros aspectos ambientales asociados a la agricultura que tienen que ver con la contaminación, pero hoy, el tema ambiental que tenemos que encarar más rápidamente es el de la erosión de los suelos".

Agregó también: “Cuando la erosión se produjo, no tiene vuelta atrás. Es muy difícil resolver el tema cuando ya está instalado. Por lo tanto, el control de la erosión debe hacerse desde un enfoque de la prevención y eso se logra con educación, capacitación, concientización. En el RENARE también tenemos el cometido de la fiscalización, pero ese no es el enfoque que el MGAP le quiere dar al tema de la conservación del suelo".

Sin duda que en el MGAP están preocupados. Están preocupados con las consecuencias de una política neoliberal o de capitalismo corporativo, de decirle a todo que sí; a dejar que el capital extranjero venga a “invertir” y “producir” en nuestro país sin medir las consecuencias ambientales.

Hay cientos de proyectos de inversión extranjera a estudio del gobierno, y a todos se les dirá que sí; porque estamos en el país de la kermese (donde hay de todo y para todos). El proyecto Aratirí de minería a cielo abierto es un ejemplo. Está en “estudio” para ser aprobado, pero todo es una farsa, las autoridades de gobierno ya han decidido que se quedará y ahora crearon un nuevo Código de Minería al dedillo de estas multinacionales. El Código entrará en marzo en la cámara del Senado y será aprobado. Todos los partidos políticos con representación parlamentaria son cómplices de esta situación.

Hace un par de días, el presidente Mujica salió a los medios a decir que no iban a permitir más plantas de celulosa. Es muy curioso, porque meses atrás el ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman andaba desesperado atrás de los pasos de Portucel para que se instalara aquí, en nuestro territorio.

Felizmente, la pastera Portucel no encontró un lugar apropiado para instalarse en Uruguay y se va a radicar en el Estado de Mato Groso, Brasil.

El ex presidente Tabaré Vázquez tiene su pastera (Botnia-UPM), el presidente Mujica tendrá la suya (Montes del Plata). Ahora, ante el fracaso de Portucel, con el mayor cinismo salen a la prensa a decir que no quieren más plantas de celulosa. Por supuesto que si dentro de cuatro años aparece otra pastera le dirán que sí, porque esa es la política actual de gobierno.

El pueblo uruguayo deberá a aprender a diferenciar la paja del trigo. Los uruguayos nos dejamos llevar por las pasiones y a veces pensamos que los problemas sociales y ambientales los arreglamos teniendo fe.

La fe en determinado personaje o partido político no alcanza. La política no tiene nada que ver con la religión, por lo tanto, los problemas políticos se arreglan con decisiones políticas.

Desde los “grupos verdes” impulsaremos medidas tendientes al cuidado y la conservación de nuestros recursos naturales. Medidas que compatibilicen un desarrollo sustentable con el cuidado del medioambiente.


Claudio Diz

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