lunes, 21 de febrero de 2011

CAMBIO CLIMÁTICO

El océano y sus habitantes se verán afectados de manera irreversible por el calentamiento global y el cambio climático. Los científicos afirman que el calentamiento global, al aumentar la temperatura del agua marina, elevará el nivel del mar y cambiará las corrientes de los océanos.
Las corrientes oceánicas
El agua de nuestros océanos está en continuo movimiento – arrastrada por mareas, empujada por las olas, y circulando lentamente alrededor del globo por la fuerza de la Gran Corriente Oceánica (denominada también circulación termoalina). La corriente se mueve gracias a la diferencia de temperatura y salinidad del agua, y una de las más conocidas, la Corriente del Golfo, es la que asegura a Europa un clima relativamente cálido.
Además de asegurar a Europa un clima cálido y jugar un papel importante en el clima global, la Corriente oceánica contribuye a la acumulación de nutrientes en el fondo marino, aumentando la absorción oceánica de dióxido de carbono.

Qué puede acabar realmente mal


Según nos advierten recientes estudios, se aprecia ya una disminución de la circulación oceánica en la cresta de las profundidades oceánicas de Escocia-Groenlandia. Y mientras que la circulación oceánica parece haber funcionado de manera relativamente estable durante los últimos mil años, un estudio de los núcleos de hielo de Groenlandia y la Antártica indica que no ha sido siempre así. En un pasado más lejano, los cambios en la circulación de la Corriente se asociaron a un cambio abrupto del clima.
En resumen, la descenso de la salinidad de los océanos debido al debilitamiento de la capa de hielo del Ártico (como la placa de hielo de Groenlandia) y/o al aumento de las precipitaciones, podría terminar, ralentizar o cambiar el rumbo de la corriente. Este tipo de cambios dramáticos traería consigo graves cambios en la agricultura y el clima e incidiría en otras corrientes marinas y en las temperaturas del planeta.

Subida del nivel del mar

Se espera una subida global media del nivel del mar de 9-88 cm (3,5–34,6 pulgadas) durante los próximos siglos como consecuencia de los gases de efecto invernadero emitidos hasta la fecha y de las emisiones futuras. Este hecho provocará también el debilitamiento de la capa de hielo y la expansión térmica de los océanos (el agua se expande al calentarse).
Incluso una subida del nivel del mar comparativamente modesta provocará grandes catástrofes. Inundaciones en las costas y tormentas torrenciales, erosión de playas, contaminación con agua salada de fuentes de agua dulce, áreas de agricultura, inundación de marismas y humedales y de islas, así como el aumento de la salinidad de estuarios son ya realidades provocadas por una pequeña subida del nivel del mar. Algunas ciudades y pueblos costeros al nivel del mar se verán también afectados. Recursos críticos para poblaciones isleñas y costeras, como las playas, las fuentes de agua dulce, pesquerías, arrecifes de coral y atolones, así como hábitats de vida salvaje se encuentran también en peligro.

La placa de hielo del Antártico Occidental

Hace sólo cuatro años era un hecho comúnmente aceptado la estabilidad de la placa de hielo del Antártico occidental, pero su inesperado calentamiento que hace que se esté fundiendo está haciendo que los científicos se planteen de nuevo esta estabilidad.
En 2002, la capa de hielo de 500.000 millones de toneladas Larson B, que cubría un área el doble de grande que la ciudad de Londres, se desintegró en menos de un mes. Sus aguas no afectaron al nivel del mar en forma de subida, ya que se encontraba ya flotando en el mar, pero fue un recordatorio dramático de los efectos del calentamiento en la zona.
Más tarde, en 2005, el British Antarctic Survey publicó los resultados de sus investigaciones donde se recoge que el 87 por ciento de los glaciares de la Península Antártica ha sufrido un retroceso durante los últimos 50 años. En los cinco últimos años, estos glaciares han perdido una media de 50 metros por año.
Potencialmente el hielo de la Antártida Occidental podría hacer subir el nivel del mar unos seis metros. Aún cuando las posibilidades de que esto ocurra son consideradas bajas en el tercer informe de valoración del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), recientes investigaciones indican nueva evidencia de rotura masiva de la placa de hielo.
La placa total de hielo de la Antártida tiene suficiente agua para elevar hasta 62 metros los niveles del mar.

Los glaciares de Groenlandia

En julio de 2005, los científicos a bordo del barco de Greenpeace Arctic Sunrise realizaron un increíble descubrimiento: la evidencia de que los glaciares de Groenlandia se están derritiendo a un ritmo sin precedentes. Un ejemplo más de que el cambio climático no es algo del futuro, sino que se encuentra ya a las puertas del presente, y si vives en una ciudad costera, no estamos hablando de una simple figura retórica.
Diversas investigaciones indican que el Glaciar Kangerdlugssuaq de la costa este de Groenlandia podría ser uno de los glaciares de movimiento más rápido del mundo con una velocidad de casi 14 kilómetros por año. Se realizaron mediciones utilizando métodos de iposicionamiento por GPS de alta precisión. A su vez, el glaciar ha sufrido una disminución inesperada de unos cinco kilómetros desde 2001 tras haber mantenido una posición estable durante los últimos 40 años.
La masiva placa de hielo de Groenlandia comprende más del seis por ciento de las fuentes de agua dulce del mundo, y se está derritiendo a una velocidad mucho mayor de la esperada. Si Groenlandia se fundiera completamente, provocaría una subida del nivel del mar en el Planeta de casi 6 metros. Incluso subidas de cuatro o cinco pies del nivel del mar podrían hacer que ciudades como Nueva York, Amsterdam, Venecia y Bangladesh sufrieran inundaciones en sus áreas más bajas.
La alarmante disminución del Glaciar Kangerdlugssuaq es un indicio de que toda la capa de hielo de Groenlandia puede estar derritiéndose a un ritmo mayor del que se pensaba. Todos los científicos que prevén un calentamiento del planeta habían estimado unas velocidades de deshielo mucho menores. Esta nueva evidencia sugiere que la amenaza del calentamiento global es mucho mayor y más urgente de lo que se pensaba.

Pérdida de hábitats

Las subidas de la temperatura están afectando a toda la red alimentaria marina. Por ejemplo, el fitoplancton, que sirve de alimento a pequeños crustáceos como el krill, crece bajo la placa de hielo. Una reducción del hielo marino implica una reducción del krill – y el krill sirve de alimento a especies de ballenas, como las ballenas de Groenlandia.
Las ballenas y los delfines varan cuando suben las temperaturas. Las ballenas de Groenlandia pueden también perder sus zonas de alimentación en el Océano Austral alrededor de la Antártica debido al debilitamiento y al colapso de las placas de hielo
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Especies enteras de animales marinos y peces se encuentran en riesgo debido a la subida de las temperaturas, ya que no podrán sobrevivir en aguas más cálidas. Algunas poblaciones de pingüinos, por ejemplo, han disminuido un 33 por ciento en la Antártida debido al deterioro de su hábitat.
También se vincula a la subida de las temperaturas de los océanos el aumento de enfermedades entre los animales marinos.

Fuente: Greenpeace

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