martes, 4 de diciembre de 2018

LOS FAVORES DEL G20 A UN PAÍS QUE TIENE MÁS VACAS QUE HABITANTES


Resulta curioso que tan sólo un día después de haberse celebrado el G20 en Bs. Aires, Japón volverá a importar carne uruguaya después de 18 años. Nuestro país perdió ese mercado en el año 2000 cuando surgió un brote de fiebre aftosa.

Después del “favor” que le hizo nuestro gobierno a EE.UU, al permitir el ingreso de espías, tropas y aviones a nuestro territorio para proteger a Trump y a sus socios de la OTAN, entre los que se encontraba Japón obviamente, nuestro sector agroexportador ganadero recibe esa noticia.

EL DOBLE DISCURSO DEL G20

Una de las grandes preocupaciones de la comunidad internacional (sin tener en cuenta a EE.UU) es contener el aumento de temperatura en el planeta, así fue declarado en el Acuerdo de París y recientemente en la Cumbre del G20. Mucho palabrerío para demostrar buenas intenciones, pero en la práctica muy poco. Así lo demuestra Japón, uno de los mayores importadores y consumidores de carne roja en el Mundo.

Mucha gente se preguntará porque decimos esto, pues bien, la ganadería y los subproductos que genera esta actividad son responsables del 51% de las emisiones de gases de efecto invernadero. El gas metano proveniente de la digestión vacuna tiene un potencial de calentamiento global 86 veces mayor que el del dióxido de carbono. Una sola vaca puede producir entre 250 y 500 litros de metano al día y mientras haya compradores como Japón seguirá existiendo esta práctica agropecuaria que no ayuda en nada a la contención del efecto invernadero.

LA PROPUESTA DEL PARTIDO VERDE

Proponemos un pasaje gradual y sostenido de la ganadería a la agricultura orgánica para la obtención de proteína vegetal. Lo que implica un cambio de hábitos alimenticios a nivel mundial y para eso son necesarios planes educativos que comiencen por la familia y la escuela.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) debe empezar ya a promover hábitos sanos y ecológicos de alimentación a nivel mundial. El planeta no soporta más los niveles actuales de contaminación y un sistema alimentario deficiente y contaminante que no ayuda en nada a evitar la emanación de gases de efecto invernadero debe ser sustituido sin perder tiempo.

Si pretendemos conservar el planeta tal cual lo conocemos, debemos empezar por desterrar toda actividad productiva que contribuya en enormes proporciones, como es la ganadería, a agravar el problema ambiental.

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