lunes, 19 de diciembre de 2011

LA LEGALIZACIÓN DEL CULTIVO Y CONSUMO DE MARIHUANA EN URUGUAY

EN BUSCA DE LA FELICIDAD 
Escribe Claudio Diz

Sin duda de que a partir de la mención del tema aparecerán los “a favor” y los “en contra”. La sociedad capitalista y globalizada en la que vivimos ya de por sí es una droga. Pero ante cuestiones éticas, de salud pública, de cuestiones políticas, debemos plantearnos varias preguntas (porque la libertad de uno termina donde empieza la libertad del otro ciudadano)

 1 –. ¿Es bueno que el sistema político a través de leyes estimule la drogadicción (en sus diversas formas) o se la desestimule?, teniendo en cuenta que los jóvenes de hoy serán los hombres y mujeres del mañana.

2 - ¿Es lo mismo la cafeína que contiene el café, la teína del mate, el alcohol etílico, la nicotina, alquitrán y demás sustancias cancerígenas que contiene el tabaco; que el tetrahidrocannabinol (THC) y los otros 400 compuestos que contiene la marihuana?
Creo que se impone un debate entre especialistas de la salud y se debe tener en cuenta la opinión de la UDELAR al respecto. Es un asunto de salud pública pero en el fondo tiene una notoria intencionalidad política.

3 – ¿Es lo mismo el uso “recreativo” de la cannabis que el uso medicinal?

4 – El gobierno ha aumentado notoriamente la represión al tráfico de drogas pesadas y ha tenido una reciente y exitosa campaña contra el tabaquismo. ¿La legalización de una droga menor no es un contrasentido a estas costosas campañas?

5 – ¿La legalización del cultivo y consumo de cannabis no favorecería la aparición de un nuevo y novedoso “mercado” de estupefacientes blandos?

6 - En Uruguay hay 131.000 jóvenes que no estudian ni trabajan (la generación NI-NI), que representan 17,8% del total de jóvenes. El gobierno anunció que destinará en el plan Jóvenes en Red US$ 42 millones de dólares para atender la problemática de al menos 13.500 jóvenes de entre 14 a 24 años que están en esa situación.
¿Cuántos millones de U$S que salen de nuestros bolsillos se necesitarán para atender la misma problemática luego de impuesto el “nuevo paradigma” por parte del Grupo de los 4? Porque esos jóvenes son justamente los que más consumen marihuana.

Estas y otras preguntas debemos hacernos antes de opinar a favor o en contra.

COMO FUNCIONA LA FELICIDAD

El ingrediente activo de la marihuana, el THC, al llegar al cerebro se posiciona en un receptor clave que provoca una liberación masiva de dopamina, un neurotransmisor comúnmente presente en el cerebro. El efecto que esto produce es una sensación de felicidad y fascinación generada químicamente por el THC.
La “felicidad” que se siente no es consecuencia de la realidad que vive el individuo en sociedad, sino de esta liberación masiva de dopamina en el cerebro. Es una felicidad artificial y que dura muy poco.
Al producirse esta liberación masiva de dopamina en el cerebro, las neuronas para protegerse cierran algunos de sus receptores.
De esta forma las neuronas pasan a recibir menos dopamina que lo normal. Esto hace que una vez que haya pasado la sensación inicial de “felicidad” y "buen humor", sobrevenga un estado de ánimo apático o incluso depresivo dado a la baja recepción de dopamina de las neuronas.
En el cerebro de una persona acostumbrada a consumir marihuana, la única manera de volver a recibir la dopamina suficiente para sentirse bien es volviendo a sobre estimular el cerebro para que libere cantidades mayores de dopamina, lo que a su vez causa que se cierren más receptores de las neuronas para protegerse. Esto se llama círculo vicioso o adicción.

¿Porqué los jóvenes adictos buscan la felicidad artificialmente? El sistema capitalista y globalizado que los 4 partidos con representación parlamentaría (el Grupo de los 4) se empeña en perfeccionar no les da motivos suficientes para ser felices?

¿Ya no tienen un buen empleo y un buen salario de $ 6.000 (300 U$) que les permita vivir felices y no tengan la necesidad de hurgar en la basura?

¿Ya no tienen una familia y una casa donde vivir, que no sea al borde de un arroyo contaminado?

¿Ya no tienen un proyecto de vida que les permita dejar de trabajar 9 hs al día por 11.000 $ de salario al mes y disfrutar de la vida en sus horas libres?

Si no tienen nada de eso, y buscan la felicidad artificial en la adicción, es porque alguien les miente en esta historia.

3 comentarios:

  1. Bueno, estoy de acuerdo con muchas cosas que decís, pero quiero dar mi opinión.

    Asi como no se puede prohibir que la gente llene los shoppings como zombies hambrientos durante la noche de los descuentos, tampoco se pueden prohibir las drogas. Creo que la gente es libre de hacerse a si misma lo que quiera, y solo podemos actuar cuando se afectan libertades ajenas, o sea cuando eso los lleva a tener conductas dañinas hacia su entorno. Ahi sí, cuando se manden un cagada les damos dos opciones: rehabilitación y trabajo comunitario o prisión.
    Para mí la experiencia de la Ley Seca en Chicago, EEUU lo dice todo. Es peor prohibir.

    En cuanto a la educacion yo no creo que sentar 40 adolescentes en un salón durante unas cuantas hs, sea la solución a el problema de la educación. Todos aprendemos distinto, y nos estamos olvidando de la educacion física y los deportes, y el conocimiento directo de la naturaleza. Puede parecer que quiero hacer una suelta de adolecentes al montes, pero sí, puede ser una buena idea(es como que a partir del liceo te preparan para ser un oficinista y vivir la vida tipo de ciudad). Todo esto educa en valores y experiencias, y es igual de importante que aprender formulitas que de todas formas se olvidan en meses.

    Ademas el auto-cultivo tiene su parte educativa, lo cual es muy bueno para pibes que no tienen muchos estimulos, y puede llevarlos a interesarse por otros cultivos.

    M.Rodriguez

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  2. ¿Auto-cultivo? Personalmente creo que los pibes deben dedicarse a "cultivar" su mente (y los no tan pibes también)

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  3. Cuando los niños sean más extraños, menos numerosos y con poca expectativa de vida, nos daremos cuenta de cuan eficientes somos al crear una sociedad de consumistas.La libertad es una utopía. Ni el auire es libre.

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