EL GAS ESQUISTO FUE BEATIFICADO POR RICHARD VIETOR

La maldición del gas esquisto que amenaza el Acuífero Guaraní es muy bien vista por el economista Richard Vietor.

¿Quién es este sujeto? Richard Vietor es nada más ni nada menos que profesor de la Universidad de Harvard y también profesor visitante y miembro del Comité de Asesores del Instituto de Estudios Empresariales (IEEM) de la Universidad de Montevideo. Esta Universidad fue fundada por miembros del Opus Dei, que como es de público conocimiento, representa a la extrema derecha de la iglesia católica a nivel mundial.

En una entrevista, el economista declara que en Norteamérica “el esquisto es de muy buena calidad, tiene un gran impacto, genera más PIB y más trabajo”. Nuestros economistas que siguen las enseñanzas de Harvard en materia de neoliberalismo económico, opinarán igual a este señor?

LA ENTREVISTA

¿De qué se trata la revolución del esquisto?
Desde la década de 1970 se sabía que había mucha energía acumulada en el petróleo de esquisto por debajo de 10.000 pies, mucho más profundo que el petróleo y el gas, pero no tenían la forma de sacarlo. A principio de la década de 1990, las empresas petroleras desarrollaron unas máquinas modernas de perforación. Se dieron cuenta que podían bombear agua con una gran presión dentro de la zona y hacer estallar el esquisto, para separarlo del gas y del petróleo. Desde 2009 esta tecnología se ha expandido cada vez más en EEUU y así descubrimos trillones de metros cúbicos de gas, gracias al esquisto que hemos podido sacar. Luego de casi quedarnos sin gas en 2007, ahora tenemos gas en todos lados. En 2000, eran 1.000 trillones de pies cúbicos y hoy tenemos 4.000 trillones de pies cúbicos. Es suficiente para 100 años de gas en EEUU. También hay una cuestión de precios. En 2008 valía US$ 30 por mil pies cúbicos, y en 2013, US$ 3. Más barato que en Europa y Asia. Entones hay mucha presión sobre EEUU para generar gas líquido, ponerlo en grandes tanques y colocarlos en barcos para gasificar el resto del mundo. Las compañías de gas están muy interesadas.

¿Cómo ve el impacto que tiene el esquisto en el mercado global?
En EEUU no está liberalizada la exportación de petróleo. Esto incrementaría el precio en ese país. Entonces los consumidores no quieren exportar y tampoco las refinerías, sí productos refinados, como el diesel, pero no crudo. En el mismo sentido, está el gas, los manufactureros domésticos no quieren exportar gas porque están conformes con los bajos precios. El precio del petróleo ha bajado mucho en el último tiempo, especialmente las últimas semanas. Hay mucha especulación sobre que Arabia Saudita está tratando de frenar la producción de esquisto en EEUU, pero no podrán reducir el monto de esta producción. Así como suelen afectar a los competidores como Venezuela, Angola, Nigeria, Irak e Irán, pretenden afectar la producción de esquisto en EEUU. Nadie entiende lo que están haciendo.

¿Los precios seguirán bajando?
Probablemente el petróleo baje hasta los US$ 50. Es algo muy bueno para los consumidores. Algunas empresas piensan que podemos ser independientes a nivel energético, como Mackenzie y Citibank, para 2025. No creo que sea cierto. No creo que la producción de esquisto crezca tanto para llegar a eso. Además, hay un declive de las ganancias del petróleo de esquisto en algunas zonas.

¿Los recursos de esquisto contribuirán al empuje de la economía de EEUU?
El esquisto, que es de muy buena calidad, tiene un gran impacto, genera más PIB y más trabajo. Tenemos un alto déficit y la mitad corresponde a las importaciones de petróleo. Si empezamos a exportar crudo o gas, podría ser una gran cosa para EEUU. Si no exportamos, deberíamos atraer negocios y de todos modos ganaríamos. Seríamos más competitivos. Sería fantástico. Argentina es el quinto productor de gas de esquisto. Pero no tiene el desarrollo, el dinero ni la tecnología para aprovecharla. China tiene recursos de esquisto pero no tiene agua; México es el tercer productor, pero no tiene dinero. Argentina podría llevar a estadounidenses para trabajar con el esquisto, pero nadie quiere hacer negocio en Argentina por el default.