viernes, 16 de marzo de 2018

LA CRISIS GLOBAL DEL AGUA


La ONU manifestó preocupación por algo que LOS VERDES venimos diciendo e insistiendo: la crisis del agua.

En el contexto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se expresa en una carta abierta: “Necesitamos una nueva perspectiva: repensar cómo entendemos, valoramos y gestionamos el agua como un recurso precioso” y hacen un preciso llamamiento a todos y cada uno de los habitantes del planeta: “Allá donde uno se encuentre y haga lo que haga, todos tenemos la responsabilidad compartida en cambiar el futuro del agua”.

El documento revela que el 40 % de la población mundial está afectada por la escasez de agua y que, al menos, setecientos millones de personas corren el riesgo de verse desplazadas de aquí al 2030 debido a la falta de este recurso vital.

Esas cifras parecen reducidas frente a los 2000 millones de personas que en este momento se ven obligadas a beber agua que no presenta todas las garantías de salubridad, o los 4500 millones que no cuentan con unas instalaciones sanitarias suficientemente higiénicas.

UNA CRISIS CON MÚLTIPLES DIMENSIONES

Pero, además, la falta de agua o el límite en el acceso al agua potable tienen ramificaciones que van más allá de la salud y afectan a aspectos sociales, culturales, económicos y ambientales.

Por ejemplo, las mujeres y las niñas sufren más por la falta de agua y de servicios de saneamiento, lo que pone en riesgo no solo su salud, sino su educación también.

Otro ejemplo resulta del hecho de que el 80 % de las aguas residuales es descargada en los mares y ríos sin ser tratada, lo que impacta en el medio ambiente. En Uruguay, por ejemplo, el 50% de las aguas residuales que se vierten al río Santa Lucía, que abastece de agua potable a la zona metropolitana, no tiene ningún tipo de tratamiento.

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