Escribe Claudio Diz
2 - LA POSTURA O PENSAMIENTO ECONOMICISTA
Como fue expuesto anteriormente, existe una postura reduccionista entre los defensores de la megaminería a cielo abierto y todos aquellos emprendimientos empresariales poco amigables con la naturaleza. Este sector de opinión abarca principalmente a los sectores de la sociedad menos instruidos.
Existe una segunda postura o pensamiento, pero en este grupo ya no se encuentran los sectores más pobres y menos instruidos, sino que abarca a las propias empresas multinacionales, a sus técnicos y a los grupos políticos que impulsan estos emprendimientos. Es la postura economicista.
En la sociedad postmoderna actual, salen a luz los pensamientos “economicistas” y se filtran hasta en los tejidos más finos de la sociedad. Los medios de comunicación de masas, los colegios y sus programas de estudio, la cultura dirigida desde las élites; forman parte de este esquema de difusión de las ideas afines al neoliberalismo.
“El economicismo es la ideológica y axiológica sobre la que descansa el poder de las élites económicas dominantes.
Dentro de este marco analítico, se hace especial hincapié en el papel desempeñado por las multinacionales para la elaboración e implementación del proyecto ideológico neoliberal, pero sin olvidar que la labor de dichas empresas forma parte de un intenso y coherente “trabajo de equipo”, llevado a cabo por múltiples y variadas instituciones políticas, sociales, económicas y culturales.
La sociedad actual se caracteriza, entre otras cosas, por la creciente extensión y aplicación de criterios y principios propios de la economía y la administración de empresas (competencia, competitividad, productividad, eficiencia, eficacia, capitalización, rentabilidad, gestión del riesgo) a esferas de la vida social e individual que, en principio, no tendrían nada que ver con ellos.” (*)
Los economicistas incrustados en las más altas esferas del poder le enseñan al niño desde la más temprana edad a “competir”, en lugar de “colaborar” con trabajos de equipo. Les enseñan el “beneficio” o “la ganancia” que implica la competencia. Se premia socialmente al ganador y se castiga al perdedor. Se fomenta el individualismo para hacer posible la idea competitiva y se deja de lado lo colectivo.
De esa manera cuando se presentan proyectos nacionales (megaminería, proyecto forestal, utilización sobredimensionada de los recursos naturales) que por su magnitud cambian radicalmente la vida de las personas y del entorno geográfico, se puede ver como algo normal para el común denominador de la gente.
“La libertad de pensamiento y de elección del individuo puede ser hábil y sutilmente manipulada por las élites económicas. Como se ha destacado más arriba, para conquistar y conservar el poder político-económico, las élites tienen que transformar sus intereses particulares en preferencia colectiva, es decir, deben estructurar sólidamente un discurso y una ideología para que los grupos sociales perdedores (la mayoría) se convenzan de que los intereses de la minoría ganadora coinciden con sus propios intereses. Pero para realizar con éxito esta tarea de autopersuasión, es preciso llevar a cabo una transformación profunda de los valores sociales dominantes, mediante la elaboración y la implementación de una estrategia ideológica eficaz.” (*)
Sólo algunos argumentos economicistas escuchados entre los integrantes políticos defensores de estos proyectos:
1 - “Estamos sentados encima de una mina de oro, sino aprovechamos, somos unos nabos”
En todo caso, si vamos a hablar de “ganancias”, deberíamos también hablar del porcentaje ridículo que le corresponde al Estado. Deberíamos hablar también de las “perdidas” que se provocarán con el proyecto minero. Porque si hablamos de este “negocio”; cuando uno gana otro pierde. La empresa y el gobierno hacen hincapié solamente en la ganancia que dejaría la extracción de hierro, nunca en las pérdidas totales y para siempre de las miles de há de tierra productiva. En el balance economicista hay un Debe y un Haber. ¿Es mayor el beneficio tratándose de un recurso limitado en el tiempo?
Para hacer creer a la opinión pública que el beneficio es mayor a la pérdida, la empresa Aratirí recientemente informó a la prensa que hay 40% de hierro más de lo que se calculaba. De buenas a primeras aparece otro porcentaje mayor para que no le quepan dudas a la opinión pública.
2 – “La extracción de hierro y otros minerales traerán enormes beneficios para el país”
Como se puede apreciar se emplea la palabra “beneficio”, otro término economicista.
Ahora bien, los gobernantes que dirigen al país como si fuera una empresa de gran porte deberían también evaluar los “prejuicios”.
En el plan de negocios donde la gente queda excluida, también hay prejuicios a considerar:
a) Pérdida del hábitat natural de diversas especies: irreversible
b) Pérdida del valor paisajístico del área afectada: irreversible
c) Pérdida del valor arqueológico del lugar: irreversible
d) Desplazamiento de las familias de productores rurales del campo hacia la ciudad.
e) Perdida del patrimonio social y cultural: irreversible
f) Disgregación de las familias.
En la escala de valores mercantilistas y del neoliberalismo en el gobierno, “el fin justifica los medios”
En el Uruguay S.A. contemporáneo, se encuentran a puertas cerradas lo más rancio de la derecha criolla y el izquierdismo travestido para llevar adelante un proyecto nefasto para el futuro de las próximas generaciones. Como se dice vulgarmente: Pan para hoy y hambre para mañana.
Luego de modificar la matriz productiva, donde se cambia una materia prima (carne, lana, arroz) por otra (hierro, petróleo, etc) ya nada será igual. No se puede barajar y comenzar de nuevo porque no será posible.
Pese a la gravedad del asunto; el progresismo gobernante está empeñado en acortar los tiempos. El estudio ambiental es una figura decorativa. Se piensa dar la autorización de explotación del hierro en tiempo record.
La máxima para el pensamiento economicista es: “El tiempo es oro”
Para el pensamiento socialista y ecologista: “El tiempo es vida”.
Debemos proponer otra escala de valores opuesta a los valores del mercado.
Para nosotros Los Verdes vale más la vida que hay arriba del suelo, que lo que yace dormido en sus entrañas.
Cuando no tengas más agua limpia para beber, cuando no tengas más comida para comer, cuando no tengas más aire para respirar; te darás cuenta que el dinero no vale nada.
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* Luca Marsi - EL PENSAMIENTO “ECONOMICISTA”, BASE IDEOLÓGICA DEL MODELO NEOLIBERAL.
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