El mundo quiere vivir en paz, sin guerras, y que se cierren todas las usinas nucleares existentes.
La sobrevivencia de la especie humana sobre la faz de la tierra está en peligro. Los medios de comunicación internacional mencionan el desastre nuclear en Japón porque no tienen más remedio. No mencionan más los millares de ojivas nucleares que están apuntando sobre nuestras cabezas.
Posteriormente a la etapa denominada Guerra Fría, y en la etapa actual, todavía quedan millares de ojivas nucleares apuntando sobre un supuesto enemigo: el blanco o albo de esas ojivas nucleares que se encuentran en los silos de tierra firme o en los submarinos nucleares somos nosotros; la raza humana.
Por eso, cuando exigimos el cierre de las usinas nucleares, también estamos exigiendo el desmantelamiento de todas las ojivas nucleares.
Cuando luchamos por la paz y condenamos la guerra o la intervención armada de la OTAN sobre los asuntos internos de terceros países, también estamos luchando por la vida y por la sobrevivencia de la especie humana.
Hoy en día, en pleno siglo XXI, estos sistemas llamados de defensa o disuasión están conectados a la información que reciben de los satélites espías, y los sistemas computarizados controlan quién y cuando se apretará el botón.
El idiota todopoderoso que pueda apretar el botón por diferentes causas (guerra real, falla en la información, disuasión, demencia paranoica, etc.) podrá sentirse el Anticristo y destruir al Mundo en pocas horas. A tal punto ha llegado la ciencia, la tecnología, la inteligencia y la estupidez de la raza humana.
Claudio Diz – Editor responsable del blog
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