Si existe en el mundo un país merecedor de ser pintado por un artista surrealista, ese es Uruguay.
Durante todo el siglo XX nos dedicamos a criar vacas y ovejas, y salvo algunas excepciones como por ejemplo durante las dos Guerras Mundiales, los precios internacionales de nuestros productos siempre fueron bajos. Este hecho, junto al casi nulo desarrollo industrial, determinó el subdesarrollo en el que nos encontramos actualmente. El país vivía y vive de lo que el campo produce.
Es decir, en una etapa histórica donde prevalecían los precios bajos de los productos agropecuarios -subsidios agrícolas del Primer Mundo y mejores tecnologías de producción mediante-, los dos Partidos tradicionales en sucesivos gobiernos fomentaban y apoyaban esta actividad.
Ahora bien, el mundo de hoy no es el mismo. El aumento poblacional, los desastres naturales y el Cambio Climático han encarecido los alimentos en general. La tendencia es a que el agua dulce y los alimentos sean más escasos futuramente, y por consiguiente más caros.
Llega el año 2005 y gana el gobierno el Frente Amplio. Con el lema de “Un País Productivo”, el progresismo descubre la pólvora. Se pone el pie en el acelerador y se decide la industrialización del país a última hora. Un hecho propio de la idiosincrasia de los uruguayos, es dejar todo para el último momento.
Cuando el gobierno frenteamplistas decidió implantar el “Estilo Kermese”, donde hay de todo y para todos los gustos, dijimos que no era conveniente destinar miles de hectáreas a los monocultivos de pinos y eucaliptos. Sin entrar en detalles sobre la erosión de los suelos, estos cultivos le estaban quitando espacio a lo que verdaderamente importa: la alimentación de la gente.
El emigrante que hoy regresa al país, se encuentra que vamos a importar alimentos y además que en comparación con otros países, éste es uno de los más caros del mundo. Poder comer es de lo más caro en Uruguay.
Sería propio de Salvador Dalí, un cuadro con unas hortalizas a 2 U$S el Kg, unas cebollas a 3 U$S el Kg y unas vacas voladoras; porque el precio de la carne está en las nubes.
Por otro lado tenemos empresas extranjeras haciendo pozos por todos lados en busca de hierro y petróleo.
Cuando el Primer Mundo desarrollado está erosionado y contaminado, y no tiene más tierras fértiles para plantar, nosotros nos proponemos reventar y agujerear el pequeño territorio fértil que tenemos. Cualquier árabe o asiático que llega a estas tierras dirá que somos locos.
LA TIENDA DEL TURCO
Según informa la prensa, “el presidente de Ancap, Raúl Sendic, dijo que podría haber petróleo en Artigas, Salto, Paysandú, Tacuarembó, Cerro Largo y Treinta y Tres.”
De comprobarse que hay petróleo, debemos replantearnos todo nuestro futuro. No puedo imaginarme naranjales, perales y durazneros junto a pozos de petróleo. No puedo imaginarme las garzas negras de los humedales de Rocha, nadando en los pozos de agua contaminada que dejaron las minas de hierro.
¿Es viable un “Uruguay Natural” donde coexisten, ganado, lechería, árboles frutales, hortalizas, junto a pozos de petróleo, pasteras y minería contaminante?
Claudio Diz
No hay comentarios:
Publicar un comentario