sábado, 9 de julio de 2011

LA PARTICIPACIÓN DE PÚBLICOS CON PRIVADOS (PPP)


Las PPP anteriormente llamadas APP forman parte de una política global que trasciende fronteras. Es la forma que ha encontrado El Capital de expandirse y lograr nuevos nichos de mercado.

Las Asociaciones de Públicos con Privados en Europa son impulsadas por los gobiernos derechistas (Italia y Francia entre otros) y socialdemócratas (España, Grecia, etc.). El tiempo nos demuestra cómo les está yendo. Alcanza con ver las manifestaciones en Grecia o el 15-M en España.

En Latinoamérica la estrategia es llevada adelante por el BID a través del Programa para el Impulso de Asociaciones Público-Privadas. En nuestro país las impulsará la CND.

“En México se llaman “Programa para el Impulso de Asociaciones Público-Privadas en Estados Mexicanos” (PIAPPEM). En Perú las APP llevan el nombre de “ProInversión”. La Agencia de Promoción de la Inversión Privada. En Paraguay, llevan el nombre de “Programa para el Impulso de Asociacines Público-Privadas” (PIAPPP)” (*)

El programa también existe en Brasil, Argentina, Colombia: y así se podría seguir con la lista.

En Latinoamérica, el Sistema Capitalista en su etapa de desarrollo “Global” encuentra algunas trabas a su expansión debido a que algunos Estados conservan áreas monopólicas; como es el caso de Uruguay. Debido a esas trabas, se les hace necesario impulsar una nueva legislación que les permita asociarse y tener las garantías debidas a su inversión. Las concesiones o contratos se hacen a 20 o 30 años en promedio. Tiempo suficiente como para recuperar lo invertido, ganar mucho y dejar las instalaciones obsoletas para que su socio; el Estado (o sea nuestros hijos) se haga cargo de las viejas y obsoletas estructuras. Cabe recordar el ejemplo de AFE, cuando los ingleses se retiraron y nos dejaron la estructura que se mantiene hasta nuestros días.

La política global de las corporaciones es mejorar la infraestructura en los países del Tercer Mundo para obtener mayor rentabilidad en sus inversiones.

En Uruguay el traslado de la soja (argentina), los troncos de eucaliptos (españoles y finlandeses) y la posible extracción de hierro indio con destino a China, necesitan más y mejores carreteras, trenes y puertos de aguas profundas que permitan el drenaje de nuestras riquezas al exterior.

Estas empresas son dueñas de la tierra, (1/3 de las tierras productivas en el Uruguay) y de su producción. Operan bajo la Ley de Inversiones (no pagan impuestos) y a partir de ahora también serán “socias” con el Estado en la infraestructura (puerto de aguas profundas, carreteras, trenes, etc.)

Para decirlo más claramente: se aseguran que sus mercaderías sean “exportadas” a sus países de origen en tiempo y forma para no perder rentabilidad.

Lo de “exportar” es una manera simbólica de decir. La empresa transnacional le vende (exporta) por ejemplo la celulosa a otra empresa subsidiaria en el exterior que la compra. El que vende y el que compra pertenecen ambos a la misma empresa. O sea que la empresa se vende a sí misma la mercadería con “el mejor precio posible”. Nadie va a hacerse trampas al solitario.

Para la Política Global de estas transnacionales y su obtención de la mayor ganancia posible también se hace imprescindible fomentar la creación de Tratados de Libre Comercio (TLCs) para no tener que pagarle al Estado lo que corresponde por aranceles de exportación.

Durante el gobierno anterior fracasó un TLC con Estados Unidos impulsado por el grupo de Vázquez-Astori, y no es de extrañar que futuramente se impulse un TLC con China e India dadas las perspectivas de extracción de hierro que tiene el gobierno actual. Si no se consiguen estos TLCs, cabe el Plan B, se podrá optar por una triangulación a través del TLC con Israel u otro país. Todo en aras del Libre Mercado.

La gente común, las organizaciones sociales y sindicales deben preguntarse quién o quiénes son los grupos o partidos políticos que estás llevando adelante este esquema de despojo neocolonial.

El argumento que se esgrime por parte de los defensores de las PPP es que el Estado no dispone de recursos económicos para promover obras de infraestructura. El argumento no es válido, no es correcto.

Todos los países latinoamericanos antes mencionados (incluyendo a Uruguay) disponen de enormes recursos. Los recursos a los que hacemos referencia no son los 9.000 millones de U$S de reservas del Bco. Central del Uruguay. Los recursos que disponen los países latinoamericanos están en manos extranjeras. Ellos son el agua, la tierra, la agropecuaria en Uruguay y Argentina. Es el gas, el petróleo, los minerales en los países andinos. El problema es que estos recursos no pertenecen a la nación, no están nacionalizados, están en manos de las corporaciones extranjeras. Ellos son los dueños.

A esto hay que sumarle que actúan en régimen de Zona Franca; son las cabezas de puente de un sistema de dominio neocolonial que se agudiza, dadas las carencias de alimentos y agua dulce que se aproximan para un futuro no muy lejano.

Debemos agregar que los políticos serviles a estos intereses, promueven el Libre Comercio y los TLCs (Arancel 0 para la entrada y salida de mercaderías) El Estado deja de recaudar millones de U$S por el no cobro de aranceles. Parte de ese dinero se podría invertir en aulas, hospitales, merenderos, o rutas de salida para los jóvenes que no tienen trabajo.

El plato está servido para que estas multinacionales sigan con su despojo y saqueo de América Lapobre.
Alguien dirá: el país está mejor, hay más trabajo que antes. Por supuesto que está mejor: "Cuando la torta es más grande, las migas también lo son". Debemos recordar que en el 2005 el 50% de la población estaba por debajo del nivel de pobreza, pero también es cierto que los ricos ahora son más ricos.

La concentración de la riqueza no ha disminuido, ha aumentado aún más.

Hay quien dirá: ahora la gente se puede comprar un celular y un TV plasma y antes no. Parte del consumo se da gracias a los Consejos de Salarios que han conseguido un par de migas más para el trabajador, y la otra cara de la moneda es “el tarjetazo”, el dinero de plástico. El trabajador debe buena parte de su salario aún antes de haberlo ganado.

Si la persona desea emplear el dinero plástico en televisores para ver a la Selección Celeste, viajes o lo que fuere, es una decisión exclusivamente personal. Cada uno gasta lo que tiene o lo que no tiene de la forma que más crea conveniente. Mientras tanto, nosotros aún continuamos esperando el “impuestito simbólico” a los latifundios que el gobierno anunció hace un mes.

¿Quiénes son los que gobiernan al país, si no la Santa Alianza entre las multinacionales, los partidos tradicionales y los sectores frenteamplistas afines a Washington, al FMI, al BID y a la masonería?

Los Verdes entendemos que el actual Sistema, su globalización y su dinámica consumista son la principal causa del Calentamiento Global, de la desaparición de las especies y del despilfarro y mala utilización de los recursos naturales que pertenecen a la sociedad en su conjunto.

Por una razón de principios, nos oponemos a cualquier iniciativa tendiente a perpetuar, profundizar y acentuar un modelo capitalista dependiente y colonizador.

Nos oponemos a los TLCs, a los enclaves extranjeros en nuestro territorio (Zonas Francas), a ceder soberanía para las multinacionales y a las PPP.

En lugar de eso proponemos un nuevo modelo productivo basado en la recuperación y control estatal de nuestro patrimonio, anteponiendo el interés social y el cuidado del medioambiente, al lucro, el despilfarro y la conveniencia de las corporaciones transnacionales.

Claudio Diz

*  A la conquista del mundo contemporáneo. (Art. publicado el 18/03/2011)

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