lunes, 6 de diciembre de 2010

POBRES PERSPECTIVAS DE AVANCE EN CANCÚN por Claudio Diz


El Protocolo de Kioto firmado en 1997 entre los países desarrollados para controlar el 30 % de las emisiones de CO2 nunca fue reconocido por Estados Unidos, uno de los países que más contamina el planeta. El otro país que más daño le hace al planeta es China. Este último tampoco ha firmado el Protocolo por tratarse de un país en vías de desarrollo.
El Protocolo de Kioto vigente desde 2005, obliga a los países industrializados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que ha provocado el actual cambio climático. El tratado se vence en el año 2012.
Estados Unidos tiene un modelo económico basado en el derroche, el despilfarro, el saqueo de los recursos naturales de los países pobres en vías de desarrollo y la quema de combustibles fósiles (petróleo), para alimentar sus industrias y el “modelo de vida americano”. El sueño americano está en crisis. Este modelo es uno de los mayores responsables del incremento de los gases de efecto invernadero que afectan principalmente a los países más pobres.

El otro país es China; un modelo económico que utiliza la quema de carbón para generar energía. El carbón que China extrae do sus minas les resulta más barato que el petróleo, pero las cantidades disponibles no son ilimitadas. Un sistema de producción renegado con la naturaleza y altamente contaminante; no sólo para la salud de los chinos, sino para la salud de todo el planeta.
A pesar de que el cambio climático ha afectado duramente a China, no se percibe un cambio en su modelo de producción. La bonanza económica de China se basa en la contaminación del planeta por la quema de combustibles fósiles y en la mano de obra barata. Si se tiene en cuenta que el régimen chino no permite la libertad de expresión, no es posible que surjan voces de alarma dentro de China cuestionando el modelo actual de producción y el daño que le vienen haciendo al planeta.
En el año 2006, China superó a Estados Unidos por primera vez en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en un 9% respecto a 2005, mientras que Estados Unidos superó sus anteriores niveles en un 1,4%. En 2005 las emisiones de China todavía se situaban un 2% por debajo de las estadounidenses.
Tanto la dictadura de la burocracia china, como el régimen capitalista corporativista de Estados Unidos privilegian “el desarrollo a cualquier costo”, muy poco amigable con la madre naturaleza. La finalidad de este “desarrollo” es el aumento de la producción y el consumo, sin evaluar el agotamiento de los recursos naturales y sus daños colaterales. La filosofía de mercado del use, tire y vuelva a comprar, es una espiral sin límites. Para que haya producción deben existir los mercados y también las materias primas y recursos naturales que se agotan con el tiempo.
No es ciencia ficción, pero es parecido a ese tipo de civilizaciones extraterrestres que van de planeta en planeta agotando sus recursos naturales. Es posible que los escritores de ciencia ficción se hayan inspirado en el planeta Tierra para escribir esas historias.
De la mano de esas dos grandes potencias indicando el rumbo que debe seguir la Humanidad estamos perdidos.
La conciencia ecológica y la idea del desarrollo sustentable deben ir tomando cuerpo entre nosotros antes de que sea demasiado tarde. 
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