domingo, 21 de agosto de 2011

EL IMPUESTO AL AGRO


Desvelando el impuestito mentiroso

Según trascendidos de prensa; el gobierno aprobará en la sesión del Consejo de Ministros del próximo lunes 22, el proyecto de ley que crea el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR) mayores de 2.000 hectáreas y con un índice Coneat superior a 100.

El ICIR, generaría unos 60 millones de dólares y obligaría a pagar a quienes tengan:

De 2.000 a 5.000 há, índice Coneat 100 deberán pagar 8 U$S por año y por há.
De 5.000 a 10.000 há deberán pagar 12 U$S por año y por há.
De más de 10.000 há deberán pagar 16 U$S por año y por há.

Obs.: El que tenga 2001 há deberá parar sólo por 1 há (8 U$S)
De esta forma el tributo sólo afecta al 2% de los propietarios rurales*

Aunque parezca de Ripley, hace dos meses cuando el señor presidente Mujica lanzó la idea, dijo en su oportunidad que era para evitar la “concentración de la tierra”. Luego se dijo que lo recaudado por el impuestito iba a ser destinado a la reparación de la caminería rural, y acotó jocosamente al estilo del ex presidente Jorge Batlle: “el que rompe paga”.

La tierra o mejor dicho el suelo no es uno solo. Hay suelos más fértiles y suelos más pobres, y por consiguiente la productividad del mismo no va a ser la misma.

En nuestro país se le llama índice CONEAT a la medición promedio de la productividad del suelo, creada por la Ley 13.695 (Art. 65 al 68) del 24/10/1968

IC prom. menor a 80 > indicado para forestación
IC prom. Entre 80 y 120 > indicado para la ganadería
IC prom. Mayor a 120 > indicado para la agricultura
Se puede dar el caso de grandes extensiones de tierras, donde el propietario (generalmente una sociedad anónima o una multinacional) tenga los tres índices Coneat: entonces una parte del suelo lo puede dedicar a la ganadería, otro a la agricultura y otro a la forestación.

Primera pregunta:
¿Cómo hará el gobierno para aplicar el impuesto en una zona mayor a 2.000 há que tiene estas características? ¿Por declaración jurada del propietario? Porque el Censo Agropecuario todavía está por hacerse.

¿Jura por su honor, decir la verdad y nada más que la verdad?

Las discrepancias dentro de filas del gobierno han postergado el impuesto que “evitará la concentración de la tierra” (según Mujica) Esto ya lleva meses de idas y venidas. Unos quieren, otros no quieren y otros lo ven pasar sentados cómodamente en los sillones del Parlamento.

Segunda pregunta:
¿Por qué se introdujo el índice Coneat en el cálculo? No es porque Mujica y Astori sean la madre Teresa de Calcuta, es por la simple y sencilla razón de que las grandes extensiones de tierras que hoy están destinadas a la forestación, y que están en manos de las empresas extranjeras UPM y Montes del Plata, se verían libres del pago de impuestos.

Tercera pregunta:
¿Quiénes son los nuevos ricos?
“En Uruguay, la propiedad de la tierra está mucho más concentrada que el ingreso. Mientras que el 10% de la población más rica recibe el 30% del ingreso de todo el país, el 10% de los productores más grandes es propietario del 64% de la tierra. 
En los últimos 10 años, el valor de la hectárea se multiplicó por 4,2, pasando de 740 dólares a 3.114 dólares” ** 

Cuarta pregunta:
¿Para quién gobierna el FA?
Las multinacionales mencionadas ya están acogidas a la Ley de Inversiones y en régimen de Zonas Francas, y encima cualquier impuestito a la tierra no las vería afectadas tampoco. En cambio las tierras destinadas a la agricultura y la lechería que emplean más mano de obra; esas sí pagarán impuestos. Impuestos ridículos, pero impuestos al fin.
Si bien es cierto que las grandes extensiones de tierras destinadas a las plantaciones de soja y trigo en el litoral, que son de capitales argentinos pasarán a ser gravadas, también es cierto que con este impuesto mentiroso se beneficia al sector forestal y por consiguiente a las pasteras.

Si el 10% de los productores más grandes es propietario del 64% de la tierra, según informa el propio gobierno, no es hora de que tributen en serio?

Con los incentivos al monocultivo forestal (que degrada la tierra de forma irreversible) y a la minería a cielo abierto; el Uruguay se está encaminando a un callejón sin salida:
EL HAMBRE DE LAS FUTURAS GENERACIONES o a la necesaria importación de alimentos.

Claudio Diz

* El impuesto todavía no está aprobado, así que puede sufrir modificaciones en el Parlamento.
** Fuente: sitio web de la Presidencia.

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