sábado, 27 de agosto de 2011

PARAÍSOS FISCALES EN VÍAS DE EXTINSIÓN

Con una crisis generalizada del capitalismo en los países más desarrollados, los propios gobiernos del Primer Mundo se ven en la necesidad de recaudar más dólares o euros para cubrir los respectivos déficit fiscales.

En consecuencia, estos gobiernos exigen y presionan a determinados países para poner límites a los paraísos fiscales. 

EL MOMENTO DE ARGENTINA

Un tema que preocupa desde hace tiempo al gobierno argentino, es justamente la falta de acuerdos con Uruguay en materia fiscal.

Ahora, según informes de prensa, el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de Argentina, Ricardo Echegaray, dijo estar haciendo un trabajo responsable con Uruguay para lograr firmar un acuerdo de intercambio de información fiscal y que tiene "esperanzas de llegar a un entendimiento".

La AFIP considera que entre cuentas bancarias, propiedades en Punta del Este y filiales de empresas sin declarar, se concentra el mayor nivel de evasión.

Si bien es cierto que Uruguay ha mejorado su status en el tema del lavado de dinero proveniente del narcotráfico, en otro caso, no ha dejado de ser un buen Paraíso Fiscal.

Los tratados de intercambio de información fiscal entre el Uruguay y otros países son muy escasos, y en el caso de Argentina es obvio que siempre se ha querido evitar a cualquier costo.

UN PARAÍSO FISCAL SOLO CRUZANDO EL CHARCO

La antigua Provincia Oriental del Rio de la Plata es una buena oportunidad de negocios para los capitales argentinos. Traducido al lenguaje coloquial: “vengan, compren, inviertan, que aquí no pasa nada” Tenemos una Ley de Inversiones, secreto bancario y no pagan impuestos. Todo a cambio de algunos empleos de mala muerte.

Considerando sólo operaciones e inversiones declaradas, el patrimonio de argentinos en Uruguay supera los $16.440 millones (unos US$ 3.900 millones), según informa el periódico Ámbito Financiero.

Capitales argentinos han comprados miles de há de campos en el litoral, escapando de las retenciones que existen en su país, y las ya conocidas inversiones multimillonarias en propiedades en Punta del Este y zonas agrestes de Rocha (sólo para los porteños muy ricos).

El lamentable boom sojero transgénico en el litoral, que tanto daño le ha provocado a la agricultura familiar, es responsabilidad de los argentinos. Para los paladines del libre mercado y sus pastores: Mujica-Astori S.A. estas inversiones han contribuido al ingreso de tecnología de punta y a la “explosión” del agro.

También han contribuido a la extranjerización y privatización de grandes extensiones de tierras y a la consabida pérdida de soberanía. Y cuando hablamos de soberanía, nos referimos a soberanía territorial y soberanía alimentaria.

Claudio Diz

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