Todo funcionaba a la perfección hasta que aparecieron los cultivos transgénicos y las consiguientes fumigaciones por tierra y por aire. Contaminando el suelo, el agua, y matando todo tipo de insectos, incluyendo a las abejas.
La importancia de la abeja melífera para la agricultura queda demostrada por el hecho de que la mayoría de los principales cultivos requieren que sus flores sean visitadas por insectos para su polinización. Entre las cosechas que dependen de la polinización por insectos o que su producción es mayor cuando abundan las abejas en época de floración, están los frutos (manzana, mora, arándano, cereza, zarzamora, grosella, uva, melón, durazno, pera, ciruela, frambuesa, fresa y sandía) y las cosechas de semillero (alfalfa, espárrago, brócoli, repollo, zanahoria, trébol, algodón, pepino, cebolla, rábano, calabaza y nabo).
El polen de estas plantas es demasiado pesado y pegajoso para ser dispersado por el viento, en contraste con el de los cereales y las herbáceas, que son polinizados por el viento y no requieren el auxilio de los insectos. La abeja melífera es el único insecto que puede transportarse a los campos de cultivo para el expreso propósito de la polinización.
Para producir miel y cera, las abejas deben pasar todo el tiempo fuera de la colmena entre las flores. ¿Qué pasa cuando sólo encuentran miles de hectáreas de soja y encima son castigadas con las fumigaciones de agrotóxicos? Mal alimentadas y enfermas, las poblaciones de abejas disminuyen año a año en Uruguay.
LA MIEL URUGUAYA SIN EL STATUS DE PRODUCTO NATURAL
Según trascendió en medios informativos, los apicultores uruguayos perdieron de vender este año más de 20 millones de dólares, luego que los organismos sanitarios europeos detectaran en el polen de la miel, rastros de cultivos transgénicos y quitaran a Uruguay el status de Producto Natural para este producto.
Uruguay posee alrededor de 3.000 productores apícolas que explotan cerca de 400 mil colmenas, la mayoría en la zona sur del país. Las grandes extensiones de monocultivos genéticamente modificados (soja), que se explotan actualmente en Uruguay, serían la causa del rastro transgénico que los inspectores europeos detectaron en la miel uruguaya.
Cuando se alerta sobre determinados modos de producción, como es el caso de la soja transgénica, no es por capricho o por evitar que los productores sojeros se hagan ricos. En la naturaleza todo está relacionado y en perfecta armonía. Si lo analizamos desde el punto de vista meramente mercantil, la bonanza de algunos es la miseria de otros. Este modelo de monocultivos sin límites y contaminante, sólo traerá más exclusión social y asentamientos precarios. Traerá más miseria para el trabajador rural y para el pequeño agricultor.
PRODUCCIÓN PLANIFICADA O EL PAÍS DE LA KERMESE
En estos momentos se discuten mayores impuestos al agro para arreglar la caminería que los mismos grandes propietarios de tierras destrozan al enviar sus cosechas a los mercados. "El que rompe paga", dice en tono jocoso el oficialismo. La misma alegría (que no hay que perder) se expresa en los almuerzos de ADM y en el Hotel Conrad, cuando se explica lo inexplicable: la venta del Uruguay al mejor postor.
También se habla de país minero y petrolero. La biblia junto al calefón.
¿Existe una gran miopía de nuestra clase política o las coimas son muy grandes? Todavía hay políticos que no se dieron cuenta del tamaño de país que tenemos. ¿Se toma a Brasil como ejemplo; al país que más contamina el planeta y tiene un enorme territorio que está arrasando poco a poco?
En momentos que la Humanidad se encamina lentamente hacia una gran hambruna, al "progresismo" nativo se le ocurre ir haciendo agujeros por aquí y por allá.
Se impone un gran debate social sobre el país que queremos, por encima de las coimas y las consabidas presiones de grupos económicos de poder.
Se vendrá el 19 de junio, el Natalicio de José Artigas, y se vendrán los discursos patrioteros y de filosofía barata.
La patria te dijeron y te dijeron mal ...
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