lunes, 7 de mayo de 2012

LOS TRANGÉNICOS Y SUS CONSECUENCIAS

Escribe Claudio Diz

Un tema que para las redes ecologistas y ambientalistas en el Uruguay es muy preocupante, para el gobierno y los partidos políticos con representación parlamentaria no lo es tanto; o al menos siguen al pie de la letra el modelo de agronegocios impuestos desde el exterior, y del cual algunas corporaciones como Monsanto son responsables.

QUIENES CONTROLAN LOS ALIMENTOS CONTROLAN AL MUNDO

Las principales empresas transnacionales que controlan los transgénicos son: Monsanto, Cargill, ADM, Bungue and Louis Dreyfuss.

Estas empresas controlan casi el 100% de las semillas transgénicas, el 60% del mercado de agrotóxicos, el 80% de la biotecnología del mundo, el 23% del mercado de las semillas no modificadas, el procesamiento, la distribución y la venta de los alimentos.

Mientras los Medios de Difusión Masiva en el Uruguay se ocupan de problemas como la delincuencia, los motines en las cárceles y los problemas edilicios en las escuelas públicas (temas no menores); el tema transgénico es muy poco conocido y se evita cualquier tipo de información al respecto.

Las grandes concentraciones urbanas y el progresivo despoblamiento del campo también ayudan a que los temas particulares primen sobre los temas generales; los temas que en buena manera deberían involucrar a toda la sociedad. De ellos dependen nuestro presente y nuestro futuro.

QUÉ SON LOS TRANGÉNICOS

Los organismos genéticamente modificados (OGM) son creados artificialmente en laboratorios por la ingeniería genética con la finalidad de incorporarle alguna característica que estos no tenían antes. Pueden ser plantas, animales o microorganismos que no existen en la naturaleza y que han sido creados artificialmente. La técnica consiste en aislar segmentos del ADN de un ser vivo para introducirlo en el genoma (material hereditario) de otro ser. (1)

CULTIVOS TRANSGÉNICOS EN URUGUAY

Los primeros tres eventos de cultivos transgénicos que comenzaron a sembrarse en Uruguay corresponden a dos eventos de maíz transgénico (BT 11 y MON810) con resistencia a insectos y un evento de soja transgénica (GTS 40-3-2) con tolerancia a herbicida.

La soja fue aprobada en el año 2000 y los maíces en los años 2003 y 2004 luego de pasar por las diferentes etapas de evaluación que otorgaran las garantías exigidas por la legislación nacional. Con fecha 21 de junio de 2011, el Gabinete Nacional de Bioseguridad resuelve autorizar cinco nuevos eventos transgénicos en maíz, para producción y uso comercial para consumo directo o procesamiento:

TC1507 – Resistencia a lepidópteros y tolerante al herbicida glufosinato de amonio;
GA21 – Resistencia a glifosato
NK603 – Resistencia a glifosato
GA21 X BT11 – Resistencia a glifosato y a lepidópteros
MON810 X NK603 – Resistencia a glifosato y a lepidópteros.

Estas autorizaciones comerciales son las primeras desde 2004 y se dan en el nuevo marco normativo que opera desde 2008.

En el año 2004/2005 había sembradas 285.000 há de soja GM y 25.000 há de maíz GM. Para la zafra 2010/2011 se sembró una superficie de aproximadamente 1 millón de há de soja transgénica y de 95.000 há de maíz GM. (2)

LOS PELIGROS PARA LA SALUD


a) Resistencia a los antibióticos:
Un método común en la ingeniería genética aplicado a la creación de transgénicos, es la introducción de genes que determinan cierta resistencia a unos antibióticos denominados marcadores. Dicho método se utiliza con el fin de verificar que el gen de interés haya sido efectivamente incorporado en el genoma del organismo huésped. Este es el caso del maíz transgénico, que posee un gen resistente a la ampicilina, por lo que una sola mutación de éste inducirá una resistencia a los antibióticos del grupo de las cefaloporinas (según el Dr. Salvador Bergel).

b) Recombinación de virus y bacterias, que puede originar nuevas enfermedades:
La abundante utilización de bacterias, virus y plásmidos en la creación de OMGs (los cuales tienen un alto potencial recombinatorio) podría dar como resultado la creación de nuevas cepas de enfermedades existentes más resistentes, o de nuevas enfermedades.

c) Mayor nivel de residuos tóxicos en los alimentos:
En las especies resistentes a herbicidas, los mismos son utilizados en cantidades mayores a las que se podía usar anteriormente. Es el caso de la soja transgénica RR (RoundUp Resistent) resistente al herbicida glifosato. Esta soja con genes de bacteria (y ésta, a su vez, con genes del Gro. Petunia insertados en su genoma) resiste hasta seis veces más glifosato sin sufrir daños. En el momento de cosecharse, los porotos de esta leguminosa contienen restos considerables de glifosato. En otros casos, el nivel de residuos disminuye. Por ejemplo, el maíz BT, modificado para expresar la toxina del Bacillus thurigiensis.

d) Potencial generación de nuevas alergias:
La mayoría de los alimentos transgénicos contienen proteínas del género transgénico, para las cuales no hay métodos seguros para determinar si poseen o no capacidad alergénica. Las propiedades alergénicas pueden ser, a través de la ingeniería genética, transferidas de un alimento alergénico a otro que no lo es. En 1999 el York Nutrition Lab. de Inglaterra incluyó por primera vez la soja entre los diez posibles alergénicos en la alimentación humana, y los casos de alergias subieron 50% en los años en que se introdujo la soja transgénica en el país (coincidiendo con la masificación del uso de soja genéticamente modificada).
Otros estudios muestran la ausencia de un efecto mensurable sobre la salud, a pesar de que hace ya años que millones de personas consumen regularmente estos productos.

e) Efectos secundarios de fármacos transgénicos:
La incertidumbre sobre la inocuidad de los transgénicos utilizados en medicina queda en evidencia en este caso: En mayo de 1999, la Asociación Diabética Británica dio a conocer un informe realizado en 1993, donde 15.000 miembros de dicha asociación (el 10%) denunciaron diferentes grados de molestias físicas desde que usaron insulina transgénica recombinante. Los cambios reportados iban desde una disminución en la efectividad del medicamento o la aparición de efectos secundarios ligeros, como mareos y dolores de cabeza, hasta casos muy graves como la ausencia de síntomas en presencia de hipoglicemia y de entrada a coma diabético. En la actualidad, casi la totalidad de la insulina usada por diabéticos es de origen transgénico, por lo que es posible que los efectos fuesen causados por la administración de insulina, no por su origen recombinante.

LOS PELIGROS PARA EL MEDIO AMBIENTE

a) Transferencia de la propiedad transgénica a cultivos nativos, criollos o plantas silvestres emparentadas:
A través de la polinización cruzada (por el viento o los insectos polinizadores), cruzándose entre sí y convirtiendo a cultivos convencionales en transgénicos. Este fenómeno ya ocurre con las variedades no transgénicas hoy en día.

b) Transferencia horizontal:
Es el intercambio de información genética entre especies no relacionadas entre sí. Este es un fenómeno que se da en vegetales de forma natural. Se ha detectado que también se produce entre especies transgénicas y especies no transgénicas, incluso bacterias y virus del suelo.

c) Muerte de insectos no objeto:
Los cultivos transgénicos Bt fueron modificados con los genes de la toxina de la bacteria Bacillus Thuringiensis, para provocar en ellos resistencia a los lepidópteros. El polen de estos cultivos -maíz, por ejemplo- reducen la abundancia de heterópteros, abejas, aves y carábidos depredadores.

d) Generación de resistencia:
El uso masivo de la toxina Bt del glifosato, por ejemplo, está generando resistencia en las plagas de insectos y malezas que se propone combatir. Ya se han encontrado poblaciones de orugas resistentes al Bt y “supermalezas”.

e) Mayor contaminación química:
Por ser genéticamente resistentes a los pesticidas, los cultivos transgénicos (ej.: la soja resistente al herbicida glifosato) pueden ser fumigados con cantidades hasta tres veces mayores de estos, comparados con los cultivos convencionales. Además, al crear resistencia en plagas, obligan a los agricultores a utilizar agroquímicos mucho más tóxicos simultáneamente.

f) Efectos desconocidos y no previsibles, incluso mortales:
Al hacer una modificación genética existe cierto nivel de incertidumbre y falta de seguridad sobre el resultado obtenido, ya que las técnicas utilizadas no son totalmente precisas. Según la Dra. Mae-Wan Ho de la Open University en Inglaterra, el nivel de imprecisión no permite, por ejemplo, controlar la ubicación del nuevo gen en la cadena cromosómica o la de sus “restos”, pudiendo quedar fuera o dentro del núcleo y recombinandose con imprevisibles consecuencias. Un ejemplo de esto lo constituye el triptófano transgénico: el triptófano es un suplemento alimentario de venta común en su versión no transgénica.
La empresa japonesa Showa Denko K. K. produjo triptófano transgénico con una bacteria y lo envió masivamente al mercado, sin advertir diferencias con la versión no transgénica y habiendo pasado todos los controles de las agencias estadounidenses: murieron 50 personas y 5.000 quedaron con graves secuelas permanentes por ingerir triptófano transgénico: se había creado una molécula tóxica sin que nadie supiera cómo. (Smith, 2003:111). (3)

(1) Enciclopedia Wipedia 
(2) Cámara Uruguaya de Semillas
(3) Diversas fuentes

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