El Sistema Mundial que provoca la exclusión social, las desigualdades económicas y de género, la concentración de capitales con el crecimiento sostenido de las corporaciones, el robo y la explotación de los recursos naturales de los países subdesarrollados, y la creciente contaminación del Planeta, está en crisis.
En estos últimos años la siesta de una sociedad uruguaya tranquila y hospitalaria se ha visto perturbada por hechos inusitados de violencia. Una violencia que es considerada “normal” en países como México y Colombia, pero que aquí en Uruguay aún no estamos acostumbrados.
La ejecución a quemarropa de un trabajador del ramo gastronómico ha provocado reacciones y comentarios por parte de la población que han llegado, tal vez sin pretenderlo, a soluciones fascistas para el tema. Es muy común oír expresiones tales como: “hay que matarlos a todos”, “hay que darles cadena perpetua y que se pudran en la cárcel”; como si la solución a la violencia se consiguiera incrementando la violencia.
El método de demoler el edificio para matar un par de ratones no resulta efectivo, máxime cuando el sistema político uruguayo (el Grupo de los 4) se ha empeñado en remendar y tratar de sostener un edificio en ruinas (porque eso es lo que tenemos como sociedad: un edificio en ruinas) para continuar sacando provecho propio y seguir privilegiando a las corporaciones y a la Banca Internacional con medidas económicas de corte neoliberal.
Muchos opositores nos han dicho: si ustedes quieren formar un Partido Verde ocúpense de lo ecológico y nada más. No tienen que venir a opinar sobre Políticas de Estado, educación, seguridad ciudadana, etc,; como si los problemas y la violencia que padecemos no tuvieran también una raíz ecológica y social. Los amigos del Capital siempre han querido separar las causas de los efectos, pero ambas se corresponden.
Según las estadísticas, Uruguay está entre los tres países menos violentos de la región. Eso significa que los demás países son más violentos y que la violencia social es un problema relacionado con un Sistema Capitalista en crisis.
EXCLUSIÓN SOCIAL Y ECOLOGÍA
La violencia ciudadana no se genera espontáneamente; los niños pobres no nacen con un arma en la mano, un cigarro de marihuana en los labios y un gramo de pasta base (cocaína) en el bolsillo.
La exclusión social no empieza en la ciudad si no en el campo. El modelo productivo impuesto en las últimas décadas por los partidos tradicionales y ahora acentuado y agravado por el modelo de monocultivos sojero y forestal promovido por el Frente Amplio, ha provocado la ruina de centenas de familias de agricultores y un éxodo silencioso hacia la ciudad. La utilización indiscriminada de agrotóxicos que contaminan el suelo y el agua ha hecho el resto.
Mientras la ciudad crece y su periferia se torna violenta, el campo se va despoblando de a poco. Los nuevos proyectos extractivos de megamimería promovidos por el Grupo de los 4 (Partido Nacional, Partido Colorado, Partido Independiente y Frente Amplio) harán que el problema se complique aún más. Más exclusión, mayor emigración hacia la ciudad y más cinturones de pobreza en la periferia de las ciudades.
Las políticas asistencialistas y benefícientes del gobierno frenteamplista no han aportado solución al problema social. Lejos de promover un repoblamiento del campo y descongestionar las ciudades, han perpetuado la miseria. ¿Qué soluciones de contención social tendrá el gobierno o cualquiera de los otros tres partidos políticos si estuvieran gobernando; cuando el sistema tradicional de contención social que ha ejercido durante décadas la religión y el sistema educativo han fallado?
El sistema educativo contemporáneo y las religiones que han obrado como diques de contención luego de la Revolución Francesa ya no cumplen con su cometido. Las promesas del Paraíso, la vida después de la muerte y el respecto por la propiedad privada, naufragaron ante la presión de la sociedad de consumo y el culto al fetiche materialista. El sujeto marginado, discriminado por su género, color de piel o condición social, y desplazado de la sociedad de consumo, no se contenta con promesas para después de la muerte. El sujeto piensa en el “aquí y ahora”. Ellos quieren poseer lo que la sociedad de consumo les niega a “cualquier costo”, y por eso se han perdido los códigos morales. Tanto les da matar o morir por la plata.
La cuestión no es un problema nacional ni Latinoamericano. La cuestión es un problema mundial, es un problema del Sistema Capitalista concentrador de riquezas y excluyente. En los países Latinoamericanos, donde la mitad de la población vive en la pobreza, la violencia es mayor. La vía más rápida para conseguir poder y fortuna la han encontrado a través del tráfico de drogas. En los países del Primer Mundo desarrollado se manifiesta el descontento social a través de movimientos sociales (15-M),el derrocamiento de gobiernos y la ascensión de los partidos de derecha donde hubo antes gobiernos socialdemócratas, que prometen mayor represión y mano dura. Lo contrario sucede en los países como Francia donde gana la socialdemocracia prometiendo crecimiento económico y desplazando a la derecha. Cambios de figuras pero no de Sistemas.
Mucha gente ya está empezando a comprender que no es un problema de cambiar Partidos o de promover la alternancia en el poder (centro-izquierda – derecha y viceversa), si no que es un problema estructural.
Desde la Ecología Política analizamos la crisis estructural del Sistema y llegamos a la conclusión de que no se soluciona nada bajando la edad de imputabilidad, aumentando las penas, la represión o haciendo más y mejores cárceles. No se trata de fomentar el aborto entre las mujeres pobres (Ley de Salud Reproductiva) ni estimular el uso de drogas menores (Ley de Despenalización del cultivo de Marihuana) No se trata de un problema administrativo sino social y educativo, y para eso nos proponemos cambiar la sociedad.
JUSTICIA SOCIAL Y UN NUEVO MODELO PRODUCTIVO
La delincuencia seguirá creciendo y la violencia no respetará género ni condición social mientras se siga profundizando el actual modelo productivo.
Mientras que en el año 2005 había 8.000 presos en las cárceles, luego de 7 años de “repartir la torta”, nos encontramos con que hay 10.000 presos y en ascenso.
El progresismo se encuentra desconcertado y se pregunta: ¿en qué hemos fallado?
Los Verdes alertamos y seguiremos oponiéndonos a todo lo que signifique exclusión social y desprecio por la vida. El modelo extractivista promovido desde fuera de fronteras y que cuenta con la complacencia del sistema político terminará por hacer trizas al Uruguay. El gobierno de turno deberá hacer varias mega cárceles para albergar a los violentos y a los excluidos por el Sistema de continuar así.
El modelo productivo propuesto no es inclusivo, por el contrario, sólo beneficia a determinados sectores exportadores vinculados con las multinacionales y a sus sirvientes: sectores políticos-partidarios que se benefician del negocio.
La ejecución a quemarropa de un trabajador del ramo gastronómico ha provocado reacciones y comentarios por parte de la población que han llegado, tal vez sin pretenderlo, a soluciones fascistas para el tema. Es muy común oír expresiones tales como: “hay que matarlos a todos”, “hay que darles cadena perpetua y que se pudran en la cárcel”; como si la solución a la violencia se consiguiera incrementando la violencia.
El método de demoler el edificio para matar un par de ratones no resulta efectivo, máxime cuando el sistema político uruguayo (el Grupo de los 4) se ha empeñado en remendar y tratar de sostener un edificio en ruinas (porque eso es lo que tenemos como sociedad: un edificio en ruinas) para continuar sacando provecho propio y seguir privilegiando a las corporaciones y a la Banca Internacional con medidas económicas de corte neoliberal.
Muchos opositores nos han dicho: si ustedes quieren formar un Partido Verde ocúpense de lo ecológico y nada más. No tienen que venir a opinar sobre Políticas de Estado, educación, seguridad ciudadana, etc,; como si los problemas y la violencia que padecemos no tuvieran también una raíz ecológica y social. Los amigos del Capital siempre han querido separar las causas de los efectos, pero ambas se corresponden.
Según las estadísticas, Uruguay está entre los tres países menos violentos de la región. Eso significa que los demás países son más violentos y que la violencia social es un problema relacionado con un Sistema Capitalista en crisis.
EXCLUSIÓN SOCIAL Y ECOLOGÍA
La violencia ciudadana no se genera espontáneamente; los niños pobres no nacen con un arma en la mano, un cigarro de marihuana en los labios y un gramo de pasta base (cocaína) en el bolsillo.
La exclusión social no empieza en la ciudad si no en el campo. El modelo productivo impuesto en las últimas décadas por los partidos tradicionales y ahora acentuado y agravado por el modelo de monocultivos sojero y forestal promovido por el Frente Amplio, ha provocado la ruina de centenas de familias de agricultores y un éxodo silencioso hacia la ciudad. La utilización indiscriminada de agrotóxicos que contaminan el suelo y el agua ha hecho el resto.
Mientras la ciudad crece y su periferia se torna violenta, el campo se va despoblando de a poco. Los nuevos proyectos extractivos de megamimería promovidos por el Grupo de los 4 (Partido Nacional, Partido Colorado, Partido Independiente y Frente Amplio) harán que el problema se complique aún más. Más exclusión, mayor emigración hacia la ciudad y más cinturones de pobreza en la periferia de las ciudades.
Las políticas asistencialistas y benefícientes del gobierno frenteamplista no han aportado solución al problema social. Lejos de promover un repoblamiento del campo y descongestionar las ciudades, han perpetuado la miseria. ¿Qué soluciones de contención social tendrá el gobierno o cualquiera de los otros tres partidos políticos si estuvieran gobernando; cuando el sistema tradicional de contención social que ha ejercido durante décadas la religión y el sistema educativo han fallado?
El sistema educativo contemporáneo y las religiones que han obrado como diques de contención luego de la Revolución Francesa ya no cumplen con su cometido. Las promesas del Paraíso, la vida después de la muerte y el respecto por la propiedad privada, naufragaron ante la presión de la sociedad de consumo y el culto al fetiche materialista. El sujeto marginado, discriminado por su género, color de piel o condición social, y desplazado de la sociedad de consumo, no se contenta con promesas para después de la muerte. El sujeto piensa en el “aquí y ahora”. Ellos quieren poseer lo que la sociedad de consumo les niega a “cualquier costo”, y por eso se han perdido los códigos morales. Tanto les da matar o morir por la plata.
La cuestión no es un problema nacional ni Latinoamericano. La cuestión es un problema mundial, es un problema del Sistema Capitalista concentrador de riquezas y excluyente. En los países Latinoamericanos, donde la mitad de la población vive en la pobreza, la violencia es mayor. La vía más rápida para conseguir poder y fortuna la han encontrado a través del tráfico de drogas. En los países del Primer Mundo desarrollado se manifiesta el descontento social a través de movimientos sociales (15-M),el derrocamiento de gobiernos y la ascensión de los partidos de derecha donde hubo antes gobiernos socialdemócratas, que prometen mayor represión y mano dura. Lo contrario sucede en los países como Francia donde gana la socialdemocracia prometiendo crecimiento económico y desplazando a la derecha. Cambios de figuras pero no de Sistemas.
Mucha gente ya está empezando a comprender que no es un problema de cambiar Partidos o de promover la alternancia en el poder (centro-izquierda – derecha y viceversa), si no que es un problema estructural.
Desde la Ecología Política analizamos la crisis estructural del Sistema y llegamos a la conclusión de que no se soluciona nada bajando la edad de imputabilidad, aumentando las penas, la represión o haciendo más y mejores cárceles. No se trata de fomentar el aborto entre las mujeres pobres (Ley de Salud Reproductiva) ni estimular el uso de drogas menores (Ley de Despenalización del cultivo de Marihuana) No se trata de un problema administrativo sino social y educativo, y para eso nos proponemos cambiar la sociedad.
JUSTICIA SOCIAL Y UN NUEVO MODELO PRODUCTIVO
La delincuencia seguirá creciendo y la violencia no respetará género ni condición social mientras se siga profundizando el actual modelo productivo.
Mientras que en el año 2005 había 8.000 presos en las cárceles, luego de 7 años de “repartir la torta”, nos encontramos con que hay 10.000 presos y en ascenso.
El progresismo se encuentra desconcertado y se pregunta: ¿en qué hemos fallado?
Los Verdes alertamos y seguiremos oponiéndonos a todo lo que signifique exclusión social y desprecio por la vida. El modelo extractivista promovido desde fuera de fronteras y que cuenta con la complacencia del sistema político terminará por hacer trizas al Uruguay. El gobierno de turno deberá hacer varias mega cárceles para albergar a los violentos y a los excluidos por el Sistema de continuar así.
El modelo productivo propuesto no es inclusivo, por el contrario, sólo beneficia a determinados sectores exportadores vinculados con las multinacionales y a sus sirvientes: sectores políticos-partidarios que se benefician del negocio.
ESTO TAMBIÉN ES VIOLENCIA
Creo que es importante diferenciar entre este gobierno (MPP) y el anterior (SOCIALISTAS). No quiero que esto parezca campaña política por las elecciones del domingo porque yo en realidad no tengo NI IDEA de nada, además acá somos 10 votantes como mucho, jeje. Pero me parece que hubo INTENCIONES políticas distintas entre ambos gobiernos.
ResponderEliminarEn el de los SOCIALISTAS, por ejemplo, se reflotó el INC (colonización del campo) que estaba muerto hacía varias décadas, y la intención siempre fue hacia el desarrollo local (Consejos Agropecuarios Departamentales) y de la agricultura familiar (Unidad de fomento a la agricultura familiar). Siempre esta la contradicción de haber dejado vía libre a todos los sojeros y forestales, extanjeros encima.
Pero comparado con lo que hay hoy, que yo voté (no iba a votar a lacalle), la verdad que me parece un lujo... vos que decís?
R.G.
R.G. eso es una cuestión que debe ser evaluada entre los frenteamplistas. Saludos.
ResponderEliminar